sábado, 19 de abril de 2025

WOLVERINE Nº 400: UN HÉROE EN LA ERA DE LA FURIA

Wolverine Nº 400 (vol. 8 Nº 8). Guionistas: Saladin Ahmed, Daniel Warren Johnson. Dibujantes: Martín Cóccolo, Daniel Warren Johnson. Coloristas: Bryan Valenza, Mike Spicer. Letrista: Cory Petit. Portadistas: Martín Cóccolo y Bryan Valenza (principal), Bengus, Simone Bianchi, Daniel Warren Johnson, Andy Kubert y Laura Martin, Jerome Opeña y Neeraj Menon (variantes). Editor: Mark Basso. Marvel Comics. EE.UU., 16 de abril de 2025 (fecha de portada: junio de 2025).


Nada nuevo bajo el sol. El final de una trama y el principio de otra, más un intervalo en el Japón imperial del pasado. Lo esperable en un número redondo de aniversario para el X-Men más popular de todos los tiempos. Aventuras pensadas para recapitular los traumas históricos de Wolverine y presentarlos a un posible nuevo lector que decida sumarse a la lista de fanáticos que vienen siguiendo las hazañas del superhéroe al frente de su propia revista, desde hace 400 meses. Eso sí, vestida de lujo con el arte del uruguayo Martín Cóccolo y el estadounidense Daniel Warren Johnson.

Daniel Warren Johnson

Dejando de lado las reiteradas fórmulas explotadas por los guiones de Saladin Ahmed, lo más interesante del ejemplar no pasa (al menos para mí) por lo que desarrolla el argumento, sino por las ideas y valores que pone en juego. Queda claro que la identidad de Wolverine viene definida por el sentimiento de Furia, aún antes que la búsqueda de Justicia. Y que, en la mayoría de las ocasiones, sus acciones violentas y salvajes aparecen disfrazadas (y comunicadas) como hechos heroicos, cuando no lo son. Actitudes y narrativas que han adoptado dirigentes políticos a lo largo del planeta, incluidos Donald Trump y Javier Milei, que gusta de fotografiarse delante de la pintura que lo retrata como Wolverine, en cueros, con garras y a lo loco.

Martín Cóccolo dibuja el momento más trascendente del cómic 

La diferencia fundamental viene dada porque, en el momento más álgido de la trama, Wolverine entiende que, para ser un verdadero héroe, debe parar su ráfaga de furia descontrolada. Decide actuar como un ser humano y no como un macho básico y atrasado, principalmente porque sabe que esa es la forma de salvar la vida, el cuerpo y el alma del joven que lo sigue y secunda (casi) con fe ciega. Extraordinario ejemplo que el cómic le pone a la vida real de tantos miles de devotos acríticos. Y a tantos líderes, que deberían leer un poco más y pavonearse mucho menos.
Fernando Ariel García 

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